Conservar todas y cada una de las partes de un ecosistema, por muy pequeñas que parezcan

* Este texto es la transcripción del Capítulo 01 del podcast Dando Teque con Gabriela Lim Franco. Escucha el capítulo completo aquí o en tus plataformas de podcast favoritas.

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Gabriela Lim Franco es bióloga, realizó sus investigaciones de licenciatura en el Jardín Botánico Nacional y actualmente trabaja en el Departamento Curatorial del Museo Nacional de Historia Natural. De todo eso nos va a hablar un poco en este capítulo.


Estudiar biología fue la mejor decisión que pude haber tomado

Yo había leído mucho, siempre fui una niña que leyó muchísimo. Mis padres  me regalaban muchísimos libros que me leían cuando era niña por lo que yo tenía el hábito de la lectura desde muy pequeña. Y tuve muchísimos libros: de animales, de fábulas – todo eso me llamaba muchísimo la atención –, libros de ciencias, de curiosidades, de hitos, de ciencia ficción… Creo que todas esas cosas influyeron muchísimo en mí porque me hicieron una persona muy curiosa. Entonces con el resto de las materias me aburría muchísimo (risas).

Por lo tanto yo sentía que todavía no tenía bien claro qué era lo que quería estudiar, pero sabía que quería estudiar algo relacionado con las ciencias. Pensé en un primer momento en Microbiología, que solo se estudia en La Habana, y yo en el momento vivía en mi natal Santiago de Cuba. Pero en mi año no se otorgó ni una plaza de Microbiología a Santiago de Cuba y opte por Biología pensando que después podría tal vez cambiarme. Y sí, pude obtener la carrera que pedí que fue Biología, pero ya me quedé porque me enamoré. Desde el primer semestre decidí que no me iba a cambiar porque me atrapó, sencillamente. Y creo que fue la mejor decisión que pude haber tomado.

Todos los datos sobre el comportamiento de los insectos y su relación con el entorno son valiosos

El estudio del comportamiento de los insectos, sobre todo su relación con el entorno y cómo ello puede afectar su ciclo de vida es importante porque los insectos forman parte fundamental, no sólo de la cadena trófica, sino que son componentes importantísimos dentro de un ecosistema. Y específicamente las libélulas, que forman parte del estudio que se realizó para mi tesis, son un elemento clave dentro de ecosistemas dulceacuícolas, por eso ese estudio. Lo que se quería era caracterizar un fenómeno dentro de su ciclo de vida que es altamente dependiente de otros elementos del entorno y ello sirve para usar esos conocimientos y usar estas especies como bioindicadores. Es decir, lo que está ocurriendo en ese proceso de su ciclo de vida, cómo se afecta puede ser un indicativo de que es lo que está ocurriendo en el ecosistema dulceacuícola.

Como son altamente dependientes (las libélulas) de las variables climáticas y estructurales del hábitat, incluso de la presencia o no de otras especies, al haber ciertos cambios en su ciclo de vida, pues nosotros como investigadores podemos descubrir o determinar la calidad de ese pequeño hábitat que allí se está estudiando. ¿Está altamente perturbado? ¿Qué implicaciones conservacionistas puede tener ello?…

Fue más de un año de trabajo allí en el Jardín Botánico, por lo que se obtuvieron muchísimos datos, y todos son valiosos. Si tuviera que hablar de la relevancia general de toda esa información, lo que puedo decir es que ayuda a visibilizar la importancia de los hábitats dulceacuícolas, de los servicios de ecosistémicos que aportan y de cómo están tan estrechamente ligados a la vida de los insectos. Y eso tiene grandes implicaciones conservacionistas, de ahí la importancia de conservar todas y cada una de las partes de un ecosistema, por muy pequeñas que parezcan. Todas están estrechamente relacionadas y al caracterizar esta parte del ciclo de vida de los insectos y poder determinar cómo puede afectarse cuándo cambia algún parámetro ambiental, cuando cambia algún componente biótico o abiótico, demostrar que influyen de una manera u otra en el ciclo de vida de estos animales.

Y estos animales entonces pueden ser usados como indicadores de la calidad de ese hábitat, ayudar a dar visibilidad a la importancia de los mismos, de su protección, de su conservación, de la calidad de esa agua, de su manejo, etcétera. De ahí que toda esa información sea valiosa porque resulta al final en un compendio de datos que nos ayudan a descubrir el estado de salud de ese sitio y la importancia de esa especie como parte importante del flujo de energía de ese lugar.

En el museo me siento como en casa

El trabajo en el Museo Nacional de Historia Natural es muy complejo y a la vez muy bonito. Yo llevo poco tiempo allí, pero en el poco tiempo que he estado siento como que estoy en casa. Primero porque es un ambiente en el que todo el mundo tiene muchas ganas de trabajar. Segundo porque se respira todo el tiempo el amor por la ciencia, por la divulgación, por compartir con la gente la historia natural, las maravillas de nuestro país, el amor por la biodiversidad y su cuidado y la importancia que ella tiene. También porque se respira un ambiente muy fuerte de colaboración entre los compañeros de trabajo y yo. Como joven recién graduada, sé que muchas personas a veces se sienten frustrados o decepcionados cuando empiezan a trabajar porque no es lo que esperaban, pero yo estoy muy feliz allá.

Y sí, es un trabajo muy importante y que lleva mucha responsabilidad, porque hay un trabajo muy fuerte de divulgación, de hacer llegar a la gente que no ha estudiado ciencias la importancia de ella, de la vida, lo maravilloso que es estudiarla, compartir esos saberes. En el museo además se dan talleres, se llega hasta los niños, hay una actividad muy rica y muy variada con el público. Está la parte investigativa, está la parte curatorial en la que se trabaja con colecciones que también es maravillosa y también conlleva una gran responsabilidad. Entonces sí, es muy amplia, muy abarcadora, pero muy  bonita y muy útil, muy necesaria en estos tiempos.

Los jóvenes científicos tenemos muchas ganas de hacer

Los jóvenes científicos ahora mismo tenemos muchas ganas de hacer, al menos estas últimas generaciones somos personas que tenemos mucha iniciativa, veo gente además con muchas metas, al menos es lo que viví en mis años de estudio. Es una generación muy competitiva y eso me parece muy positivo.

Las ciencias te cambian la vida y cambian tu visión del mundo

A quien esté considerando estudiar una carrera de ciencias pues le aconsejo que no sabe llevar por los comentarios de otras personas que puedan pensar que es aburrido, que es demasiado difícil. Sí, puede ser muy sacrificado, pero vale la pena y, más importante, es necesario. Se necesita gente valiente que no le tenga miedo a aprender muchísimo, a descubrir cosas nuevas, gente curiosa, gente con ganas de trabajar. Entonces si crees que reúnes alguna de esas cualidades no te des por vencido y hazlo porque no te vas a arrepentir. Yo creo que la ciencia, cualquiera de ellas, te cambia la vida y cambia tu visión del mundo.

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